martes, 20 de diciembre de 2011

Volver

Volver a estas paredes en que mi niñez fermentó, a este vórtice en que conocí el rostro descarnado de la muerte, deambular nuevamente en la vieja azotea en que mi voz náufraga se apoderó del insomnio para mantenerse a flote...

Es tarde para volver... para mirarnos con la candidez de la esperanza. Es tarde para jugar a ser seres distintos a estos articulados por la ausencia.

Fumamos, nos miramos, esperamos.

Atravesamos enajenados nuestro encuentro como si se tratase de un mal sueño.

Arrastramos nuestros cuerpos como ecos desordenados de la misma rabia originaria.

Sorda fuente de sangre.

Es inútil golpear nuestra tristeza...

martes, 13 de diciembre de 2011

Signos

Hacía tiempo que el insomnio no me reventaba la mirada.
Mis pulmones son un par de pistones oxidados por el odio.
Tomo licor de café mientras trenzo estas palabras hacia ninguna parte, sólo porque la muerte me quema la garganta,
me degolla.
Vivir es extraviarse.
Naufragar inexorablemente en el horizonte inalcanzable del deseo.
Cada signo es designio,
finalidad,
destino.
Hacia dónde se dirige el hombre sino hacia la consolidación de su propia finitud?
En el instante en que escribo me abandono. Estas letras son un rastro de ceniza.
Soy un cigarro consumido por el tedio.
El hombre se instala en la muerte porque adquiere conciencia de sí mismo, se escinde en el espejo, se enajena. Se abandona al Otro. Se duele a perpetuidad.
Busca entre sus tinieblas la luz de una mirada, la cuerda vocal precisa de la cual aferarse. Sin embargo, es imposible escapar de esa ominosa obscuridad, porque constituye nuestra raíz.
Amar nos posibilita dialogar superficialmente con el odio que nos habita y nos consume. Amar es humillarse, reconocer en el otro la anhelada bengala, la coordenada fantasmática que permita posicionarnos ante nuestro propio deseo.
El amor es un juego de espejos;
un sublime suicidio.

Me basta con ser el verdugo de tu insomnio;
decapitar tu silencio;
decifrarte.

Tu mirada es el signo de mi herida.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Elecciones compulsivas?

En qué radica el parámetro de elección del hombre sino en las experiencias previas que sólo vislumbra a través de actos de los cuales nada puede explicar causalmente si no es a través de un pálido balbuceo racional?

Este es un intento de lectura del fenómeno preelectoral a través de una imperfecta mirada psicoanalítica.

Cómo definir el sexenio de Caldrón sino como el sexenio de lo Real, en el cual la población mexicana se despojó violentamente de la imagen romántica de México.

México le ha mostrado al mundo entero su rostro real: la muerte en su versión más sórdida y caótica, perversa y cruda.

Para Lacan, lo Real "no tiene fisuras". Es aquello que escapa a cualquier intento de Simbolización, y precisamente el pivote que echa a andar la cadena de significantes que posibilita el universo Simbólico. Lo Real es el rostro más íntimo de la castración, que a su vez constituye el eje psíquico del Sujeto.

Qué relación tiene esto con las elecciones y el panorama político en México?
La castración posibilita en el Sujeto su inserción dentro de la Ley, a costa de la pulsión de muerte3, que no es otra cosa que la compulsión a la repetición: el Sujeto repite compulsivamente una Ley fallida.

Si el periodo de Fox se destacó por su aspecto Imaginario de bienestar, en cuyo seno se forjaba la esperanza idealizada de un "cambio", el periodo de Calderón encaró la crudeza de lo Real que demanda ese gran cambio que sustentó la campaña foxista, y con eso, la asención del PAN a Los Pinos.

El panorama nacionl se ha ganado el estatuto de ominoso (unheimlich), que, traducido literalmente del alemán significa algo que anteriormente era familiar y que, en un viraje posibilitado por la mueca de lo Real, se ha tornado terrorífico, trágico, digno de ser forcluido, reprimido o renegado.

Ante estos hechos, al parecer los mexicanos, en vez de confrontar dicha emergencia que era inminente dado el devenir histórico (histérico?) del país, perfilan su mirada hacia la forclusión, repitiendo inconscientemente la fuente del malestar original: el PRI.

El PRI ha adquirido el estatuto de síntoma (synthome?) dentro de la estructura del país, consolidando un cierto malestar que, sin embargo, encubre un mal mayor.

Las elecciones presidenciales se hallan permeadas por el ominoso horror ante la emergencia de lo Real (las decapitaciones, los secuestros) reactivando compulsivamente el Sinthome que nos permitía funcionar a nivel estructural frente la insaciable Demanda del Otro, que es ni más ni menos que Estados Unidos.

La dinámica del país pulsa al ritmo del gigante norteamericano, razón por la cual México necesita echar mano del Synthome, el PRI, para lograr cierta estabilidad Imaginaria que le permite seguir respondiendo según los parámetros del Otro Americano.

El resultado de las elecciones en 2012 no dependerá de las propuestas de los candidatos, sino de la reacción de los mexicanos ante la emergencia de lo Real.

El efecto Simbólico más evidente de dicho suceso es la campaña masiva de caráter ideológico que pretende darle un sntido a las notas periodísticas, al terror generalizado de la población, a la burla sardónica con que los cárteles del narcotráfico fisuran la legitimidad de las instituciones.

Las instituciones no han sido demolidas en su estructura Real, pero se ha fracturado la Imagen de las mismas. A nivel Simbólico ya no son capaces de solventar la emergencia de lo Ral que obtura los más encumbrados discursos con la primera nota de un asesinato, com fue el caso de Blake Mora.

Esto me recuerda al poema de Sabines:

No quiero paz
no hay paz
quiero mi corazón desnudo
para tirarlo a la calle
quiero volverme sordomudo
que nadie me visite
que yo no mire a nadie
y si alguien tiene como yo
asco
que se lo trague
quiero mi soledad

no quiero paz
no hay paz

Sabines, en su poema, hace una referencia indirecta a lo Real, ante lo cual no hay paz! Aceptar cualquier placebo como un intento fallido por el afán de encubrir lo Real sería un engaño. Sabines es el poeta de la falta por excelencia.

Si Calderón no encuentra paz en su propio discurso es porque si algo ha aprendido a lo largo de esta cruzada contra el narcontráfico es precisamente lo que ya enunciaba Sabines: Una vez encarado lo Real no hay paz!!

Podemos los mexicanos reelaborar la herida narcisista que implica la fragilidad de nuestra existencia prescindiendo de los viejos mecanismos compulsivos que sólo nos sitúan de un modo inexorablemente fallido ante la Ley?

jueves, 24 de noviembre de 2011

Herencia

Hace cuatro años

te esfumaste

y mi insomnio

aún fuma

tu ausencia

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Significante lingûistico / Significante psicoanalìtico

Quiero transcribir a continuación un ensayo escrito para una materia acerca del método Montessori. La premisa de este producto era, precisamente, leer el trabajo de Montessori desde un enfoque específico. El resultado me pareció lo suficientemente relevante como para incluirlo en este espacio. Es necesario criticarlo, ya que lo construí con reminisencias de viejas lecturas, muchas de las cuales no poseo mayor referente que mi poco confiable memoria. Sin mayor preàmbulo, transcribo el texto.


Montessori… Psicoanalista?
La premisa esencial de la práctica psicoanalítica es la asociación libre, es decir, el sujeto del inconsciente debe emerger a partir de los pensamientos del analizante, sin importar la naturaleza de los mismos, con la intención de resignificar estos elementos (de naturaleza infantil y reprimida) para que el sujeto deje de repetir compulsivamente una reproducción fallida de la ley que le remite siempre al mismo fracaso, a los mismos miedos, síntomas, relaciones…
La pedagogía ortodoxa parece comprender al sujeto como una maltrecha página en blanco que es necesario enderezar, y si es posible, saturar de información. En el momento en que el alumno logra citar autores, se ha logrado incluirlo en la esfera del saber.
Montessori comprende (casi con olfato psicoanalítico) que en el sujeto subyacen elementos de manera latente. Que la edad biológica poco importa cuando se trata de resignificar los elementos inconscientes, ya que estos obedecen a una lógica atemporal. Acaso porque un sujeto tenga físicamente 40 años se deberá esperar de él, sin excepción alguna, un razonamiento matemático impecable? Es en efecto así como sucede en nuestra cotidianeidad?
Montessori posibilita un espacio a través de cual el sujeto vierte sobre la mesa no sus juguetes, sino los elementos a partir de los cuales simboliza su configuración psíquica, sus relaciones, sus miedos, etc. A partir de estos elementos logra simbolizar, en última instancia, su propia existencia. El límite al cual es capaz de llegar el sujeto en relación con el conocimiento de sí mismo, el límite de la relación dialéctica establecida con el mundo puede sintetizarse a un solo enunciado fundante: yo soy esto:
Pues bien, es esto lo que hace un niño dentro de un aula Montessori. A través de juego se sumerge en un mundo simbólico a partir del cual aspira alcanzar el enunciado antes mencionado. En una actividad del servicio social, un niño demostró la fractura señalada por Lacan entre significado/significante. Para Saussere, uno de los lingüistas más importantes de la época moderna, el significante se subordina al significado. Si digo perro, el significante (la forma, la imagen sonora) se subordina al fondo (el concepto, aquello que delimita al perro como un animal vivíparo, cuadrúpedo, del orden de los caninos, y todas aquellas características que puedan articularse en torno al concepto sin pervertir la armonía semántica, por ejemplo, emplumado!!!)
Para Lacan, el significante se divorcia indiscutiblemente del significado. Braunstein, en un ensayo que desafortunadamente no tengo a la mano mencionaba un ejemplo que, si bien es cómico, no deja de enunciar cierta verdad con respecto a la naturaleza de las relaciones humanas.
Un profesor de filosofía, con la intención de hacer más entretenida su exposición, toma por objeto de sus reflexiones una mesa. Y entonces la mesa va de un lado a otro, desde Hume hasta Kant. Y la mesa se vuelve el centro del discurso universitario de nuestro ingenuo profesor.
Un simple estudiante (menciona Braunstein) podría fácilmente desbaratar su discurso puntualizando: lame esa? El significante ha adquirido un estatuto distinto dentro del orden del discurso del académico, pero, lo más importante, incluso ominoso, es que este nuevo estatuto desvela su naturaleza inconsciente, y por lo tanto, deseante. En última instancia, desvela una verdad hasta entonces desconocida para el yo.
El niño se relaciona de la misma manera con los elementos a su disposición. Para él una rama de árbol puede adquirir súbitamente el estatuto de arma, y un parque puede sencillamente convertirse en un campo minado. El deseo del niño se sirve de los elementos puestos a su disposición para representar su propio deseo, despojándolos del sentido aburrido y absurdo impuesto por los adultos.
Así, el niño realiza en el objeto una doble operación. Primero le reconoce (en el fondo sabe que el árbol no es un arma), para posteriormente, renegar de este significado e imponerle el propio, a partir del cual adquirirá el estatuto de arma, o bastón de pelea, o espada del augurio. El niño vacía al significante de significado a través de la renegación (aunque esto no significa que sea este el mecanismo psíquico fundante de su psiquismo), imprimiéndole su propio código.
En mi servicio social, realizado con niños de entre diez y doce años, se realizó una actividad que refleja perfectamente lo hasta aquí planteado. Se puso a disposición de los niños una serie de elementos, cada uno de los cuales tenía un significado específico. Posteriormente, se le pidió a cada uno de los niños que eligieran los elementos que, según el código establecido por la actividad, los representara. Con estos elementos tenían que decorar un antifaz de cartulina. La pintura roja simbolizaba el amor. Uno de estos niños (particularmente inquieto y agresivo, con un deseo manifiesto de incluirse en la disciplina castrense) eligió este elemento para pintar todo su antifaz. Cuando se le pidió que expusiera su combinación y el sentido de la misma, dijo: Para mí el rojo es el color de la sangre!!. Se divorció por completo del significado establecido, sirviéndose del significante sólo como un cascarón linguistico en el cual depositar su deseo.
Los elementos didácticos que caracterizan a la escuela Montessori cumplen exactamente la misma función. El niño aprende que el dos se representa con un signo (2), pero también enuncia inconscientemente su deseo, quizás, que desearía que sólo fueran dos los elementos del Edipo, (él y su madre).
El aprendizaje depende directamente del deseo del sujeto, a partir del cual los elementos de los cuales se sirve cualquier enseñanza resultan significantes.
El guía reconoce en el niño el manejo de los símbolos, lo cual podría traducirse como aprendizaje. El niño reconoce en el guía la posibilidad de enunciar su deseo sin el efecto castrante que dicha enunciación significaría de manera consciente.

">La única referencia de lectura que recuerdo es la siguiente:

">Michel Arrivé - Linguistica y psicoanàlisis. Ed. Siglo XXl.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Fantasmas



El yo no es el sujeto, esto lo dejó claro Lacan en su segundo seminario. El yo es excéntrico. Me atrevo a acotar: ridículo. Somos habitados por fantasmas , efectos imaginarios que posibilitan ese particular tornasol que asumimos como propio. Nuestro punto de partida resulta evanescente. Somos el efecto de la ausencia.


Nuestra existencia podría resumirse a una interminable, dolorosa búsqueda fantasmática del deseo,siempre metonímico...fugaz...inhaprensible.


Somos niños que juegan a atrapar el agua...sedientos...imposibles

viernes, 11 de noviembre de 2011

Naufragio





Acabo de salir del trabajo. Un empleo de juguete con un sueldo irrisorio para sostener una cotidianeidad ficticia. No hay palabras brillantes hoy. Sólo un desesperado intento por recuperar la palabra tras naufragar inexorablemente en el gran Otro y su demanda inscesante. La palabra no tiene otro sentido que extraviarse... El neurótico, a diferencia del psicótico, no desea saber nada acerca de la castración, de ahí que la reprima. El discurso neurótico es un discurso vacío, toda nuestra existencia no es otra cosa que un rodeo compulsivo y particular hacia la muerte. Preferimos morir a saber. La palabra es la balsa a la cual nos aferramos para no naufragar en el vacío de lo Real. Una palabra que, al ser palabra vacía, nos permite flotar, naufragar a la deriva del gran Otro, del discurso de ese Otro, de nosotros mismos.



La palabra, como significante, en psicoanálisis, es el medio a partir del cual el sujeto resignifica su naufragio, descubre un nuevo sentido en la Ley que le permite redimensionar su pulsión de muerte. La cura psicoanalítica no nos posibilita respirar bajo el agua, ni caminar sobre ella, sino soltar el síntoma a partir del cual nos mantenemos a flote, enfrentarnos al vértigo de lo Real, para trazar un nuevo horizonte más allá de la tempestad.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

2012 o De la fantasía de lo Real


No creo que exista nadie sobre el globo que ignore en la actualidad la decadencia de la Tierra y sus inminentes consecuencias... La posmodernidad ha logrado condensar (quién lo diría?) en el discurso cotidiano de los sujetos las profecías mayas con la descripción Bíblica del Apocalipsis. Ahora resulta que el misticismo pagano de los mayas coincide a la perfección con el libro de las Revelaciones. Existe, en efecto, una expectación generalizada ante la profecías ancestrales que prometen el fin del mundo.




Si he aprendido algo del discurso del sujeto a través de la disciplina psicoanalítica es que éste se estructura alrededor de un binomio inconsciente: deseo y angustia.

Se han elaborado una multiplicidad de discursos alrededor de la inminente destrucción del mundo, alcanzando la relevancia suficiente para ser objeto de las nuevas producciones holywoodenses. El fenómeno, desde el ángulo psicoanalítico, resulta profundamente fecundo, y, a pesar de mi incapacidad para agotar el tema, intentaré un incipiente abordaje.

En el libro Azteca, de Gary Jennings, (ese incómodo americano que nos demostró nuestras raquíticas bases con respecto al conocimiento de la cultura mexica) el protagonista, al ser abordado por un inquisidor, responde de modo magistral ante la sádica idea del apocalipsis.

"Cada vez que un hombre muere, un mundo muere"


Qué distante respuesta si se le compara con las obsesivas búsquedas observadas por Google en relación a las profecías de Nostradamus.

En qué se ha convertido, en efecto, el apocalipsis en nuestra sociedad posmoderna, sino en un objeto de consumo? Se ha mercantilizado la idea del aniquilamiento a través de ese aparato ideológico norteamericano llamado Hollywood. (Zizek, Bienvenidos al desierto de lo Real). Ahora se coloca a las profecías mayas en un lugar de Sujeto Supuesto Saber, si se me permite esta expresión.

Qué consume, en efecto, el televidente, cuando se enfrenta a la posibilidad de la aniquilación, sino la anticipación ante lo Real? No es mas que la imaginarización de lo Real.

Según Lacan, la angustia obedece no a la castración sino a la ausencia de ésta. La angustia primordial radica en ser gozado por Otro.


Los discursos apocalípticos no responderán, en este sentido, a la angustia sucitada en los sujetos alienados al Otro, ese gran sistema que los devora progresivamente?


Las profecías se han convertido en la promesa del padre ausente (Cristo, Quetzalcóatl, Kukulkán) que, retornando, destronará las esferas de poder que actualmente mantienen al hombre en el desconocimiento, (según los mayas).

En la angustia que posibilita la construcción de discursos apocalípticos se articula una demanda de castración por parte de los sujetos. Se salvará a través de Su Palabra....


En efecto, es la Palabra, el símbolo, lo que salva al Sujeto del goce del Otro.


Es a través de la fantasía que el sujeto logra soportar la angustia ante la no realización de su deseo. El 2012 se ha convertido en un soporte fantasmático en el cuál el sujeto descarga su verdadera angustia: su relación pasiva y alienada con el goce, determinado siempre por Otro. El sujeto fantasea con ese Real que le libere de la alienación al Otro. Una piedra kilométrica incandescente o una serpiente emplumada satisfarían la demanda del Sujeto, previamente imaginarizada.


Lo verdaderamente ominoso, la irrupción de lo Real sería que, un minuto después de la profecía, el ciclo continuara sin mediación surpahumana alguna...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Suicidio

Si tan sólo
como mis palabras
pudiera saltar de esta ventana

Migraciones


Estas fechas tuve la oportunidad de visitar la localidad de Chichicaxtle, donde alguien que aprecio entrañablemente es colaboradora en un proyecto de conteo de aves migratorias. Chichicaxtle es el sitio con mayor avistamento de aves a nivel continental. En este punto convergen la mayor parte de las aves de América en su viaje el sur, más allá de las fronteras trazadas por el hombre.

El grupo de trabajo que se ocupa del proyecto resulta sumamente heterogéneo... norteamericanos, holandeses, costaricenses, nicaraguenses, y, obviamente.. mexicanos. Un grupo aproximado de 15 sujetos.

Es increíble el contraste que las aproximaciones de lo Real provocan en el Imaginario (siempre fallido) En vez de un grupo de científicos envueltos en ascépticas batas blancas utilizando instrumentos sofisticados, encontré a tres agradables sujetos en bermudas, con tres binoculares y un telescopio, en la azotea de un hotel. Obviamente eso no cuestiona su capacidad, y debo decir al respecto que me sorprendió la destreza con la que distinguían una especie de otra sirviéndose de un fugaz vistazo. Realmente eran diestros en su área. Lo que produjo el efecto cómico fue el choque entre el imaginario que había construido en torno al significante "observatorio". Lo ridículo de la escena era, en efecto, la construcción a priori farbicada sobre la misma, inevitable.


Lo mejor de estos dos días fué, definitivamente, participar de la dinámica entre los sujetos...

Cada uno de ellos era miembro de un clan... su dinámica era alegre y fluida... La cena constituyó una verdadera fiesta. (...Cumple el ave la función del tótem?....)

Es increíble la sed comunicativa que consume al hombre más allá del lenguaje...

En la cena, en medio de la algarabía, el americano preguntó cómo llegar a Zongolica (estaba buscando una especie de ave), un mexicano escuchó la pregunta y guardo silencio. Después de unos minutos contestó: "En autobús". El americano pareció esperar una respuesta más específica, hasta que comprendió que no la obtendría. Miró a su pareja con un gesto de genuina interrogación. Yo intervine preguntando si le había quedado clara la respuesta (a sabiendas de que no había sido así). Al contestar con una negativa, el mexicano acertó a especificar: A 300 metros sobre el nivel del mar. (Previamente le cuestionó sobre el ave que buscaba). La mujer holandesa, sin comprender la conversación, preguntó: Qué es Zongolica?? Motivo que produjo un estallido de risas entre todos los comensales. Molesta por no comprender el giro de la conversación, se retiró a su habitación. Este es sólo un fragmento de situaciones pareidas a lo largo de mi grata estancia en este sitio, y que me permitió refractar la postura lacaniana con respecto al lenguaje. El hombre, a diferencia del animal, miente.. Sin embargo, esta mentira no necesariamente corresponde a una intencionalidad negaiva con repecto al discurso, sino al simple hecho de que el lenguaje no es capaz de decir al hombre... lo maldice. Sin embargo, a pesar de esto, nos aferramos a lalengua como un recurso simbólico para acercarnos al otro... siempre fallidamente...

Lo poético se produce al contemplar cómo un grupo de personas sujetos a distintos lenguajes, culturas, Otros, fueron capaces de configurarse como una familia, como un clan en el cual todos se hermanan en relación al tótem, en este caso el ave. Incluso es significativo el modo en que se dirigen. (en cuanto terminala época de migración, ellos mismos migran, ya sea para continuar la obervación en otro sitio o para realizar otras actividades, pero siempre en función del tótem!)

Como si el lenguaje primordial de los seres humanos fuera, precisamente como afirmaba Freud, de carácter totémico, articulándose en torno a este significante fálico frontera del lenguaje), a pesar de las diferencias culturales y lingüisticas (aún entre hispanoparlentes) propias de cada sujeto.

Al igual que las aves, han logrado una migración (simbólica?) mas allá de las fronteras territoriales, culturales, religiosas, étnicas, lingüisticas...

Es esta la migración poética que me cautivó desde hace dos días, y razón última de estas palabras.

Tal vez este sea el sentido de ese poema que reza: Viajar es regresar.

Zizek, en su texto, Bienvenidos al desierto de lo Real se cuestiona si la democracia liberal parlamentaria es la única opción ante el fundamentalismo....

Ayer comprendí que muchas de las barreras entre los hombres corresponden a un orden imaginario, que es posible atravesar sirviéndose de lo simbólico.

De ahí que Lacan, en su primer seminario, mencionara la relevancia del símbolo, sin el cuál, la imagen del otro sería el destinatario del odio.

Migremos más allá de la imagen, confiando en que, si bien la negatividad de lo Real (al existir en una sentido no enunciativo) amenaza con ahogarnos, será nuestro universo simbólico el que nos mantenga a flote más allá de nuestro narcisismo...

...Migremos...

martes, 25 de octubre de 2011

Cotidiana 3: Sekta


El mismo sábado asistí al concierto con mi amigo. No tenía pensado hacerlo, pero su acompañante no pudo asistir. Hablamos un poco.. intentando mirar un poco más allá del espejo construido en la época de nuestra primera amistad. Nos supimos distintos. Hablamos de la violencia que desgarra el estado... de lo no dicho.... bordeamos lo Real, no sin cierto goce. Ya Zizek mencionaba la fascinación por lo Real que caracterizó al siglo XX. En el concierto encontré a dos hermanas, que no daban crédito de que me encontrara en ese antro (irónico efecto del imaginario, aunque francamente yo tampoco lo sabía)



Una vez dentro comenzó la magia... Francamente no tenía una idea de que hacer en esa situación... Compramos una cerveza mientras empezaban a ambientar las primeras bandas...



Los sujetos se aglomeraban en pequeños grupos, o parejas. Su baile se asemejaba al vaivén discordante de la hierba anticipado a la tormenta... Y, proféticamente.... la tormenta llegó....



El grupo principal revolucionó el sitio. Francamente no sonaban mal. Algunas mentadas de madre hacia el público y de regreso, confirmaron irrefutablemente la lógica dialéctica de Hegel.



Ante mis ojos, la horda comenzó a congregarse alrededor el líder. A sabiendas de arriesgar una lectura miope en relación al fenómeno, me atrevo a decir que estos sujetos se reconocían a través del contacto. La horda se fundió en un baile orgíastico, un estallido tumultoso de tatuajes,codos, cabelleras y sudores que se atraían y repelían unos a otros a lo largo de cada pieza.



El contacto era un medio para reconocerse unos a otros... Cuando alguien caía, lo levantaban inmediatamente, arrojándolo violentamente al ruedo.



Esta es la pasión por lo Real planteada por Zizek en su texto, Bienvenidos al desierto de lo Real.



Cansados de la virtualización de la existencia, el Sujeto se precipita en un apasionado retorno a lo Real para confirmar a partir de su propio cuerpo el peso de lo Real en su existencia. Este es el caso de los cutting, abordado por Zizek, quien los distingue de aquéllos que prefieren el tatuaje, ya que el tatuaje remite al orden simbólico.



Inmerso en la dinámica, comprendí que existía un reconocimiento entre nosotros que no era mediado por la palabra, ni siquiera por la letra de la canción, que nadie estaba escuchando. La pulsión se manifestaba a partir de lo Real del cuerpo... Mi amigo se aferró a un Imaginario (los grabó toda la noche) mientras yo me sumergí en ese goce hasta entonces desconocido.



Mi amigo tiene el registro grabado del grupo. Yo tengo un codazo en la cara.



Y no cambiaría eso por nada.



El desierto de lo Real es un desierto de Símbolos, que, al pretender enunciarlo, lo enmascaran.



Lo Real nos convoca más allá del lenguaje...



La pulsión de muerte es sólo el retorno a ese llamado primordial que nos convoca independientemente de nuestro estatus social, ideología, religión....



En la pasión por lo Real acuchillamos el Símbolo, superando, efímeramente, la inexorable maldición del lenguaje.





Zizek, S. Bienvenidos al desierto de lo Real. Ed. Akal, 2005, p.112

Cotidiana 2: CAXA



















El sábado pasado un amigo llegó del puerto para ver a uno de sus grupos favoritos. Obviamente me ofrecí a recibirlo en la Central de Autobuses. Llegué temprano, ya que estaba por el rumbo cuando confirmó su estancia, y comencé a fumar un cigarro fuera de la terminal para pasar el tiempo...

Al caminar unos cuantos metros, contemplé a una mujer devastada por el llanto, colgada de un teléfono público, como un gran higo aterrado luchando contra la gravedad. Obviamente, me acerqué, esperando servirle al menos de soporte, ya que desconocía por completo su situación y al parecer estaba sola. Le ofrecí un cigarro.

"No fumo" - me respondió, con una voz trémula, construida con los vestigios de la lluvia extraviados en una telaraña.

Le puedo ayudar a algo? Es usted de aquí? Conoce a alguien? Que pasa?

- Lancé mis preguntas con la pertinencia del granizo en un pastizal maltrecho.

Por fin logró articular un incipiente discurso...

"Mi hija"

Le pasa algo?

....

"Me la robaron"

Necesita algo? Un café? Un pañuelo para las lágrimas? - como si los pañuelos pudieran hacer algo contra las lágrimas-.

"Quiero a mi hija!!!"

De esta manera comenzó a articular su historia. Venía del puerto. Había ido con una amiga a comprar ropa a Liverpool. Le pidió que cuidara a su hija, junto con su bolso, mientras ella se probaba un vestido, o pagaba algo... Acto seguido, la mujer y la niña habían desaparecido. Sus teléfonos, credenciales, y todo aquello que pudiera servirle a la mujer yacía en poder de la otra. No podía comunicarse con ella, porque no le contestaba el celular. ... La conocía desde hace 6 años, aunque no recordaba su primer apellido (?)

En el momento que yo la encontré había logrado comunicarse con ella. La justificación de la mujer es que había tenido que recoger a alguien en la Central de Autobuses.

Llevaba tres horas esperándola....

Freud definió lo ominoso como algo familiar que se vuelve extraño... De esta manera, lo Heimlich (familiar) se vuelve Unheimlich (ominoso) cuando esa familiaridad se transforma en algo totalmente ajeno, extraño, ominoso...

El efecto ominoso de lo Real en la mujer fue la angustia... Su amiga de hace seis años de pronto se transformó en un agente siniestro de lo Real (la castración, la pérdida).

Nadie sabe nada acerca del otro. Cuando le pregunté Qué necesita? su respuesta fue análogo a un bastonazo zen. "Quiero a mi hija!! No pañuelos!! No café!! No consejos!! No tus malditas buenas intenciones!!!

Me limité a esperar a la orilla de su angustia hasta que fuera capaz de articular un discurso...

Es imposible hacer otra cosa. Si el psicólogo habla, si el psicólogo supone saber, sólo es el resultado de su angustia ante el pleno desconocimiento del otro.

Si el psicoanalista no se preocupa por ayudar, esto responde directamente a su ética, la cual le recuerda que el único capaz de reconocer su deseo es el sujeto. Ya mencionaba Cioran el efecto devastador de los bienintencionados en el mundo.

Nada, ni una dinámica, ni un círculo mágico, ni una silla vacía, pudo haber servido a esta mujer.

Creo que sería pertinente instaurar no lecciones de no budismo zazen en la facultad.... Inmersos en el laberinto simbólico, olvidamos quizás lo más importante... somos el efecto inexorable del confrontamiento con lo Real, y lo Real permanece ahí, dispuesto a emerger en la más inesperada ocasión, fracturando nuestro más sofisticado discurso universitario...

Olvidamos que, aunque nosotros no estemos en lo Real, en la medida en que nos extraviamos en un laberinto Simbólico, lo Real permanece, y retornará interminablemente, más allá del ficticio de placer.

lunes, 24 de octubre de 2011

Cotidiana 1: USBI





El sábado pasado tuve la oportunidad de conocer un ritual contemporáneo de iniciación practicado por los Scouts.




El ritual se llevaba a cabo en un puente de madera, debajo del cual afloraba un lago. Un hombre, sin duda el jefe, se encargaba de ordenar los movimientos del aspirante desde el área segura del puente. El aspirante, con los ojos vendados (castración?) debía seguir al pie de la letra las indicaciones el jefe, ya que dependía absolutamente de ello.

La idea manifiesta (lo habrán adivinado ya) era lograr que la aspirante atravesara el puente sin caer al lago. A un lado de la candidata se hallaba otro scout cerciorándose (espero) de la seguridad de la aspirante, pero sin manifestarse. En el puente contiguo, un par más de scouts filmaban la escena, me atrevo a suponer que fascinados por el goce proporcionado en la escena.


"El sádico lleva al otro a un punto límite que no tiene que ver con el dolor sino con la angustia" según un texto de Carmen Rebellón, que me facilitó un hermano jugarretero.

Qué es, en efecto, lo que devela al Sujeto más allá del Yo sino la angustia ante el goce del Otro? La perversión, al imponerle al otro su fantasma como condición de goce, lo escinde a través de la angustia... lo lleva al límite que bordea a lo Real... de ahí que Lacan considere que la angustia es el único afecto que no miente, ya que es la respuesta ante la emergencia de lo Real, es decir la barradura de la A, ya sea que se reniegue de ella, se le forcluya o se le reprima. La angustia es el resorte propulsor del mecanismo, y, consecuentemente, del deseo, que no es otra cosa que la respuesta ante la Ley y condición de la misma.


El scout que cuidaba que la aspirante no cayera, le invitó a continuar en la misma dirección, aún sabiendo que delante de ella se hallaba el vacío, (un peldaño inferior desconocido para la mujer)...


Cuando la mujer dirigió el pié hacia ese vacío gritó, o mejor dicho, fue su angustia la que gritó a través de ella. El jefe de la horda no pudo hacer menos que echarse a reír sardónicamente, mientras la aspirante reclamaba iróncamente ser presa del juego.


La angustia emerge ante la falta en el Otro. Ese es el vacío que la mujer halló donde esperaba hallar una continuación del camino que sostuviera sus pasos.


Lo asombroso de esta escena es que la mujer, aún presa de su angustia, no osó quitarse la venda de los ojos... aferrándose en cumplir con el imperativo dictado más allá de sí misma.


Masoquista? En el mismo artículo antes mencionado la autora sostiene que el verdadero perverso es el masoquista, ya que es él quien logra fungir como instrumento de goce del Otro. El sádico, por su parte, al imponerle su fantasma, también le impone su voz... lo cuál imposibilita la ecuación.


De esta manera, cabría preguntarse: en la escena propuesta, como un juego de espejos, que ejemplifica a la perfección la definición lacaniana de sadismo y masoquismo... en quién recae la perversión en realidad? En el jefe sádico que escinde al otro a través de la angustia? o en ese otro masoquista que, al asumirse como objeto, se posiciona como auténtica condición de goce del Otro?


+ Esta reflexión no corresponde a un mérito intelectual propio, sino al producto de la discusión con dos de mis hermanos, así como a las conclusiones que ya había logrado la autora.

viernes, 21 de octubre de 2011

Awaking the centuries - Haggard

http://www.youtube.com/watch?v=taESnOmiD-Q

December elegy - Tristania

http://www.youtube.com/results?search_query=december+elegy+-+tristania+-+subtitulado&aq=f

Cease to exist - Tristania

http://www.youtube.com/watch?v=ZAkHMuvEbIQ

Soledad o De la ausencia del espejo






Escucho una canción de Tristania - Cease to exist.





Que exacto es el inconsciente.






Hace tanto que quería ladrar esta rabia, fracturar este espejo,




deshabitarme...







Ha rondado en mi cabeza una idea de modo obsesivo... la soledad.


Cómo aventurar una tesis acerca de la ominosa ausencia del otro, traducida en una síntesis de angustia, de vértigo existencial...?


La música relampaguea en mi cabeza... Cease to exist...



Morir para vivir La gran ilusión...Dejar de existir es romper con tu mente...



Cesar... morir... romper...



la letra adquiere un carácter mántrico a medida que palpita en mis sienes...



El significante se divorcia del significado... Cesa..




He llegado a comprender la soledad como la ausencia del espejo en cuanto el otro desaparece... cesamos... nos enfrentamos a la perpetua interrogante...





quién soy? sin otro que confirme mi existencia



quién soy para mí, en la medida en que me valgo de ese vago espejismo que los psicólogos amantes del yo conocen como identidad




...la soledad... esa ausencia ominosa tan parecida a la muerte...



a mi lado un niño inviste un avatar que perpetúa su inalcanzable Ich ideal..




por siempre perdido





...Sólo de violín... December elegy...



la muerte sigue pulsando a través del lenguaje...



vociferando una verdad ausente en nuestro vocabulario...



reclamando el botín....



La soledad, su heraldo, su consorte, ha opacado mi mirada esta tarde, mientras fumaba fantasmas acuchillado por el recalcitrante filo del invierno


...No hay otro... hay una representación del otro...



es la virtualidad suscitada por el deseo la que posibilita la ilusión del otro...



Este blog renació a partir de un breve encuentro con la muerte...


me desmayé por segunda ocasión en este año...




Escribir es una forma de existir... de evadir la soledad que (maldita) aguarda al filo de la noche, agazapada entre el insomnio... en la última bocanada de cigarro... en el asiento contiguo del autobús....mas allá de tu última mirada.


La soledad es la condición implícita del sujeto, la categoría exclusiva de su deseo, la sombra que devora nuestras huellas...



La angustia ante la ausencia del otro es sólo el preludio de una certeza aún más ominosa......


el otro sólo existe como un espejo que perpetúa nuestro propio deseo...





Nada más exacto que la soledad para remitirnos a nuestra condición de sujetos deseantes



siempre insatisfechos



interminables


inexactos





My Lost Lenore - Tristania




El odio, anticipado al amor, carece de un espejismo ante el cual dentellar su naturaleza


en ese punto ciego, en ese límite en el cual la palabra carece de destinatario,


convirtiéndose en eco absurdo de esta ficción gozosa que consideramos existencia


el verdugo libera la guillotina del tiempo... nos engulle


que doloroso sabernos mortales... solos..


construidos por evanescentes ausencias ante las cuales sólo sabemos maldecir nuestro deseo



ni siquiera esta palabrería .... (palabra vacía?) posee un destinatario





Así alimenta la luz


bienvenido a la tierra de obscuridad


muerte en todos los centenarios


es que yo he quedo atrás?


toma mi manoolvida la tierra prometida


muerte en todos los centenarios


es que yo he quedado atrás?



Awaking the centuries - Haggard



Qué exacto es el inconsciente....

Aprendizaje y disciplina

Ayer tuve el gusto de coincidir con una compañera que me inspira genuino aprecio. Lo único que tenemos en común es nuestro interés en terminar la carrera (estuve a punto de decir "ser psicólogos" pero creo que no es el caso.) Compartimos juntos una experiencia educativa precisamente relacionada con la educación, cuyo objetivo es estudiarla función del psicólogo en ese rubro.

Me reprochó irónicamente el no haber guardado silencio durante la exposición que realizaba (y hasta cierto punto tenía razón, ya que, dentro del equipo de trabajo en el que me encontraba no dejamos de reír mas que para tomar aire, obviamente como consecuencia de una corrosiva y cínica reflexión en relación al tema expuesto).

Lo que me invitó a escribir hoy fue precisamente su reproche, ya que, sin que se percatara, viene muy a cuento tanto con el tema como con el discurso ideológico implícito en la educación.

Su reproche fue: "Te portaste mal" :)

Me parece que respondí: Pero creo que notaste una reflexión profunda en relación al tema por parte de mi equipo.

En ese momento se interrumpió la conversación.

El argumento de mi amiga, obviamente, es sólo una consecuencia del discurso ideológico que sostiene la educación en México: educar = disciplinar

Eso no suena tan discordante, he incluso podríamos aventurar una teorización egocéntrica y ociosa acerca de las convergencias y divergencias implícitas entre estos dos términos, pero haciendo esto olvidaríamos algo aún más importante: la disciplina no implica aprendizaje, al menos en un sentido metacognitivo, que (se supone) es lo que se espera de un universitario.

La disciplina (ya había escrito algo semejante) está intimamente relacionada con la alienación a una ideología, y en este sentido, con la negación del sujeto y su deseo. Por qué me disciplino? Para no ser devorado por el otro?

El aprendizaje parte de este otro momento edípico (continuando la metáfora) que tiene que ver con el distanciamiento de esta primera alienación. El Sujeto, si bien se funda en la palabra, y es dicho por Otro, se posiciona de manera particular con respecto a esta palabra como función, a esta metáfora paterna. En la medida en que desde el Sujeto (je) deviene un yo (moi), este se construye en base a identificaciones que giran en torno al deseo del Sujeto.

La disciplina tiene que ver con el deseo del Otro.
El aprendizaje está relacionado con el deseo del Sujeto.

Mientras la institución sostenga una ideología disciplinaria cuya única meta es la dominación intelectual del hombre, no podrá cumplir su función reflexiva para el mismo.

Fomentar el aprendizaje implica cuestionarse por el deseo del otro. Intentar reconocerlo, aunque sea difusamente. El hombre sólo aprende en relación a su deseo, de otra manera, sólo será el depositario de información no significativa, lo cual lo reducirá a una sofisticada grabadora portátil.

El aprendizaje parte de la sublimación de nuestras pulsiones sádicas. Aprendemos porque cuestionamos al Otro, desde donde nuestra estructura nos permite, aunque obviamente siempre queda un remanente, un punto ciego incognoscible si no es a través del dispositivo analítico.

Aprendemos analizando, es decir, separando, fragmentando el objeto de conocimiento hasta sus mínimas posibilidades de existencia, desentrañamos un misterio (siempre el nuestro).

Así que no, no dejaré de reír en clase, ni de preguntar, ni de divertirme con este juego de espejos que sólo confirma la absoluta perpetuidad de mi ignorancia con respecto ese Otro que se empeña en dominarme, utilizándo a cada sujeto como un nuevo agente de dominación.

Las batallas más profundas del hombre siempre se libran en el campo del lenguaje, y a veces, hay que hacerlo estallar a carcajadas.

jueves, 20 de octubre de 2011

Reencuentro

La semana pasada reencontré a un amigo. En una época anterior de mi vida fuimos vecinos. Siempre lo he considerado un sujeto genuinamente simpático. Le invité un café (yo estaba sólo), y comenzamos a ponernos al corriente con respecto a nuestras respectivas vidas. Me preguntó que qué hacía sólo en un café a las 11 pm, en un fin de semana. Con aire triunfal y ligeramente presuntuoso respondí: "Leyendo a Lacan", estúpidamente orgulloso de invertir una velada de fin de semana en un autor, que si bien me resulta sumamente seductor por su estilo de pensamiento, hasta cierto punto (y en esto los analistas no me dejarán mentir) indescifrable, en vez de contemplar una mirada, compartir un sitio, un espacio de convergencia con otro sujeto, yo, que precisamente me he visto obligado a escribir asfixiado en el naufragio de la ausencia...

Francamente una parte de mí deseaba continuar la lectura, sin embargo decidí abrir un espacio al otro.

A medida que la conversación se desarrollaba, caí en cuenta de mi completa ignorancia con respecto a este otro, del cual sólo tenía, en buena medida, una referencia imaginaria.

Por azares del inconsciente (que no hay otro tipo de azar en el sujeto) llegamos al espinoso tema de la religión. Me preguntaba cuál era la postura de los analistas con respecto a la religión , a lo cul refuté irónicamente que yo no era analista, aunque era mi más encumbrada meta, y que no podía conocer la postura de todos los analistas, ya que eso implicaría suponer un cierto saber acerca del otro, cosa que es totalmente contraria a la disciplina psicoanalítica. Sin embargo, - dije - personalmente he llegado a la conclusión de que Dios es el resultado de un constructo imaginario elaborado inconscientemente por cada sujeto para lidiar con la angustia implícita ante la incertidumbre del devenir de su propia existencia.

Recuerdo que hace tiempo, (antes de convertirme en un lector del psicoanálisis) al ser abordado por un par de cristianos, les pregunté estos qué características tenía Dios. Uno hizo énfasis en la fuerza (irónicamente era varón), la mujer hizo hincapié en la misericordia. De esto hace ya cinco años, aproximadamente, razón que excusa la vaguedad de mi referencia.

Volviéndo a la conversación entre mi amigo en el café y yo, al escuchar mi argumento, inferí cierto malestar en él, y al parecer no me equivoqué.

Muy amistosamente desarrolló los argumentos en los cuales él sustenta su creencia. Me dijo que Dios era omnisapiente, omnipresente, omnipotente... y que permitía el libre albedrío del hombre. Me remitió al Génesis, explicándome que Dios, al saber que su creación había caído en la tentación (y aquí resulta interesante recordar que la manzana simboliza el conocimiento) se halló en la paradoja de condenar a la serpiente o a Adán (por supuesto, junto con Eva). Me recordó también que Dios hizo a los hombres a su imagen y semejanza.

Dios, por supuesto, se decidió por la serpiente. Silencio

Por qué - pregunté - no condenó a Adán junto con Eva?

Francamente no recuerdo la respuesta.

Dije entonces, (y esta es la tesis central del escrito) creo que Dios no podía condenar a la pareja porque al hacerlo se condenaría a sí mismo. Dios hizo al hombre a imagen y semejanza suya. Por qué? Necesitaba un espejo para conocerse a sí mismo. (punto de partida del psiquimo humano), Dios, le dije, no es por lo tanto omnisapiente, ya que desconoce el corzón del hombre. Si fuera de otra manera no existiría el libre albedrío. Barrada la A, mi amigo alegó cansancio, y me retiré.

En cuanto apostamos por una relación más allá del imaginario, en cuanto sacrificamos la idealización en una búsqueda obsesiva por el conocimiento genuino (si se me permite el término) del otro, nos hallamos en un callejón sin salida, que no es otro que el del deseo.

Nos vemos. No nos sabemos. Nos vemos sin sabernos.

En nombre de la religión se han cometido las campañas más sangrientas de la humanidad... Cuando la religión aliena a los hombres a una ideología, cuando los devora... qué queda del hombre? Cuando sacrifica su propio discurso (que siempre, paradójicamente, es de Otro).

Recuerdo que me preguntó: "Es acaso que no quieres salvarte?? S en este momento tuvieras la oportunidad, sabiendo como sabes que el mundo se está yendo al carajo (el carajo es mío), y supieras que Cristo es el único camino para salvarte... no lo harías??"

"Lo que hago, lo que anhelo lleegar a hacer (a ser), a través del análisis, es saber porqué me estoy posicionando de cierta manera ante mi existencia. Si el trayecto del nacimiento a la muerte es efímero, lo único que ambiciono es lograr reconocer mi deseo. Prefiero por mucho una vida efímera y mortal, a través de la cual logre cierto saber acerca de mi condición de sujeto, que lograr una eternidad en la más completa ignorancia."

Con profundo respeto y aprecio para Abel

Me aterra la idea de volverme un Caín.
A Mayret

Los hombres como yo sólo esperan la muerte
no sirven para bailar
ni para hacer sonreir a una chica
ni para lanzar el corazón al futuro
como un anzuelo

No sabemos mirar sino tristeza
porque fuimos amamantados con lágrimas
nos sabemos distintos
miserables
y por eso esculcamos las palabras del otro
hacemos de su discurso una daga
para atravesarlo
para beber la sangre que nos falta
para morir la muerte que añoramos
para pulsar la misma decadencia

Los hombres como yo no sabemos vivir
sin desangrarnos
ebrios de silencio
ciegos
golpeamos los muros del tiempo
sin lograr derrumbarlos
vociferamos
a una deidad ausente

Por eso celebro tu sonrisa
con genuina vocación de polilla
deslumbrado
ante ese signo ausente
en mi vocabulario

Apatía

Mi ánimo se reduce
a patear mi sombra
y ser el peor poeta
que conozco

2011
Las palabras llueven de mis manos
de mis ojos heridos por la noche
de esta corporeidad
evanescente

Tu mirada diluye mi existencia
condensa mi silencio
me evpora


Es tiempo de mirarte
hoy que noo existes
fragmentar la nocturna transparencia
del silencio perpetuo
lapidario
con el filo secreto de tu nombre
que desangra la noche
temerario

Andrés David

2011

Venta de garage

Obscura paz saberme
inútil, obsoleto
como un viejo inventario

Un amor prematuro
abortado en secreto
corazón incendiario

Cúmulo corrosivo
de soledad que obtura
el drenaje del tiempo

Un linaje quebrado
mitificada ausencia
roto pacto de sangre

Incandescente insomnio
inútil sin poesía
horizonte del tedio

Silencio ensangrentado
cegado por la muerte
encriptada tristeza

Metáforas errantes
que no incendiaron nunca
otra obscura mirada

Laberintos voraces
caminos sin objeto
tejidos por la nada

Habré de deshacerme
de todas estas cosas
con suerte
de mi nombre

Andrés David

2011

Urbano

Me pesa terriblemente
permanecer en silencio
tengo miedo de mi sombra
negra memoria vacía
espectro que me devora
cada noche
puntualmente
entre tácitas angustias y tristes alegorías

Mi errática libertad
sin camino suficiente
repta a diario en la ciudad
como un mito incandescente
que se extingue y deteriora
entre la urbana jauría
de anonimos cotidianos
y bocinas estridentes

No encuentro en mi soledad
una señal que me oriente
ni en las líneas de mis manos
ni alguna luna tardía
para abolir sin demora
mi camino decadente
esta inconclusa verdad
la certeza del presente

Andrés David
2007

Odiarse

Odiarse es fracturar el falso grillo
contemplar el espejo sin hallarse
morderse la garganta hasta asfixiarse
jalar gustosamente del gatillo

Como niebla sutil y transparente
que emana de las sórdidas entrañas
un grito ensordecido ciegamente
aborto atemporal de la mirada

Odiarse es existir sinceramente
derrocar falsos idolos tardíos
arrebatarle al tiempo nuestra muerte
y habitarnos
absurdos
y vacíos