jueves, 24 de noviembre de 2011

Herencia

Hace cuatro años

te esfumaste

y mi insomnio

aún fuma

tu ausencia

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Significante lingûistico / Significante psicoanalìtico

Quiero transcribir a continuación un ensayo escrito para una materia acerca del método Montessori. La premisa de este producto era, precisamente, leer el trabajo de Montessori desde un enfoque específico. El resultado me pareció lo suficientemente relevante como para incluirlo en este espacio. Es necesario criticarlo, ya que lo construí con reminisencias de viejas lecturas, muchas de las cuales no poseo mayor referente que mi poco confiable memoria. Sin mayor preàmbulo, transcribo el texto.


Montessori… Psicoanalista?
La premisa esencial de la práctica psicoanalítica es la asociación libre, es decir, el sujeto del inconsciente debe emerger a partir de los pensamientos del analizante, sin importar la naturaleza de los mismos, con la intención de resignificar estos elementos (de naturaleza infantil y reprimida) para que el sujeto deje de repetir compulsivamente una reproducción fallida de la ley que le remite siempre al mismo fracaso, a los mismos miedos, síntomas, relaciones…
La pedagogía ortodoxa parece comprender al sujeto como una maltrecha página en blanco que es necesario enderezar, y si es posible, saturar de información. En el momento en que el alumno logra citar autores, se ha logrado incluirlo en la esfera del saber.
Montessori comprende (casi con olfato psicoanalítico) que en el sujeto subyacen elementos de manera latente. Que la edad biológica poco importa cuando se trata de resignificar los elementos inconscientes, ya que estos obedecen a una lógica atemporal. Acaso porque un sujeto tenga físicamente 40 años se deberá esperar de él, sin excepción alguna, un razonamiento matemático impecable? Es en efecto así como sucede en nuestra cotidianeidad?
Montessori posibilita un espacio a través de cual el sujeto vierte sobre la mesa no sus juguetes, sino los elementos a partir de los cuales simboliza su configuración psíquica, sus relaciones, sus miedos, etc. A partir de estos elementos logra simbolizar, en última instancia, su propia existencia. El límite al cual es capaz de llegar el sujeto en relación con el conocimiento de sí mismo, el límite de la relación dialéctica establecida con el mundo puede sintetizarse a un solo enunciado fundante: yo soy esto:
Pues bien, es esto lo que hace un niño dentro de un aula Montessori. A través de juego se sumerge en un mundo simbólico a partir del cual aspira alcanzar el enunciado antes mencionado. En una actividad del servicio social, un niño demostró la fractura señalada por Lacan entre significado/significante. Para Saussere, uno de los lingüistas más importantes de la época moderna, el significante se subordina al significado. Si digo perro, el significante (la forma, la imagen sonora) se subordina al fondo (el concepto, aquello que delimita al perro como un animal vivíparo, cuadrúpedo, del orden de los caninos, y todas aquellas características que puedan articularse en torno al concepto sin pervertir la armonía semántica, por ejemplo, emplumado!!!)
Para Lacan, el significante se divorcia indiscutiblemente del significado. Braunstein, en un ensayo que desafortunadamente no tengo a la mano mencionaba un ejemplo que, si bien es cómico, no deja de enunciar cierta verdad con respecto a la naturaleza de las relaciones humanas.
Un profesor de filosofía, con la intención de hacer más entretenida su exposición, toma por objeto de sus reflexiones una mesa. Y entonces la mesa va de un lado a otro, desde Hume hasta Kant. Y la mesa se vuelve el centro del discurso universitario de nuestro ingenuo profesor.
Un simple estudiante (menciona Braunstein) podría fácilmente desbaratar su discurso puntualizando: lame esa? El significante ha adquirido un estatuto distinto dentro del orden del discurso del académico, pero, lo más importante, incluso ominoso, es que este nuevo estatuto desvela su naturaleza inconsciente, y por lo tanto, deseante. En última instancia, desvela una verdad hasta entonces desconocida para el yo.
El niño se relaciona de la misma manera con los elementos a su disposición. Para él una rama de árbol puede adquirir súbitamente el estatuto de arma, y un parque puede sencillamente convertirse en un campo minado. El deseo del niño se sirve de los elementos puestos a su disposición para representar su propio deseo, despojándolos del sentido aburrido y absurdo impuesto por los adultos.
Así, el niño realiza en el objeto una doble operación. Primero le reconoce (en el fondo sabe que el árbol no es un arma), para posteriormente, renegar de este significado e imponerle el propio, a partir del cual adquirirá el estatuto de arma, o bastón de pelea, o espada del augurio. El niño vacía al significante de significado a través de la renegación (aunque esto no significa que sea este el mecanismo psíquico fundante de su psiquismo), imprimiéndole su propio código.
En mi servicio social, realizado con niños de entre diez y doce años, se realizó una actividad que refleja perfectamente lo hasta aquí planteado. Se puso a disposición de los niños una serie de elementos, cada uno de los cuales tenía un significado específico. Posteriormente, se le pidió a cada uno de los niños que eligieran los elementos que, según el código establecido por la actividad, los representara. Con estos elementos tenían que decorar un antifaz de cartulina. La pintura roja simbolizaba el amor. Uno de estos niños (particularmente inquieto y agresivo, con un deseo manifiesto de incluirse en la disciplina castrense) eligió este elemento para pintar todo su antifaz. Cuando se le pidió que expusiera su combinación y el sentido de la misma, dijo: Para mí el rojo es el color de la sangre!!. Se divorció por completo del significado establecido, sirviéndose del significante sólo como un cascarón linguistico en el cual depositar su deseo.
Los elementos didácticos que caracterizan a la escuela Montessori cumplen exactamente la misma función. El niño aprende que el dos se representa con un signo (2), pero también enuncia inconscientemente su deseo, quizás, que desearía que sólo fueran dos los elementos del Edipo, (él y su madre).
El aprendizaje depende directamente del deseo del sujeto, a partir del cual los elementos de los cuales se sirve cualquier enseñanza resultan significantes.
El guía reconoce en el niño el manejo de los símbolos, lo cual podría traducirse como aprendizaje. El niño reconoce en el guía la posibilidad de enunciar su deseo sin el efecto castrante que dicha enunciación significaría de manera consciente.

">La única referencia de lectura que recuerdo es la siguiente:

">Michel Arrivé - Linguistica y psicoanàlisis. Ed. Siglo XXl.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Fantasmas



El yo no es el sujeto, esto lo dejó claro Lacan en su segundo seminario. El yo es excéntrico. Me atrevo a acotar: ridículo. Somos habitados por fantasmas , efectos imaginarios que posibilitan ese particular tornasol que asumimos como propio. Nuestro punto de partida resulta evanescente. Somos el efecto de la ausencia.


Nuestra existencia podría resumirse a una interminable, dolorosa búsqueda fantasmática del deseo,siempre metonímico...fugaz...inhaprensible.


Somos niños que juegan a atrapar el agua...sedientos...imposibles

viernes, 11 de noviembre de 2011

Naufragio





Acabo de salir del trabajo. Un empleo de juguete con un sueldo irrisorio para sostener una cotidianeidad ficticia. No hay palabras brillantes hoy. Sólo un desesperado intento por recuperar la palabra tras naufragar inexorablemente en el gran Otro y su demanda inscesante. La palabra no tiene otro sentido que extraviarse... El neurótico, a diferencia del psicótico, no desea saber nada acerca de la castración, de ahí que la reprima. El discurso neurótico es un discurso vacío, toda nuestra existencia no es otra cosa que un rodeo compulsivo y particular hacia la muerte. Preferimos morir a saber. La palabra es la balsa a la cual nos aferramos para no naufragar en el vacío de lo Real. Una palabra que, al ser palabra vacía, nos permite flotar, naufragar a la deriva del gran Otro, del discurso de ese Otro, de nosotros mismos.



La palabra, como significante, en psicoanálisis, es el medio a partir del cual el sujeto resignifica su naufragio, descubre un nuevo sentido en la Ley que le permite redimensionar su pulsión de muerte. La cura psicoanalítica no nos posibilita respirar bajo el agua, ni caminar sobre ella, sino soltar el síntoma a partir del cual nos mantenemos a flote, enfrentarnos al vértigo de lo Real, para trazar un nuevo horizonte más allá de la tempestad.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

2012 o De la fantasía de lo Real


No creo que exista nadie sobre el globo que ignore en la actualidad la decadencia de la Tierra y sus inminentes consecuencias... La posmodernidad ha logrado condensar (quién lo diría?) en el discurso cotidiano de los sujetos las profecías mayas con la descripción Bíblica del Apocalipsis. Ahora resulta que el misticismo pagano de los mayas coincide a la perfección con el libro de las Revelaciones. Existe, en efecto, una expectación generalizada ante la profecías ancestrales que prometen el fin del mundo.




Si he aprendido algo del discurso del sujeto a través de la disciplina psicoanalítica es que éste se estructura alrededor de un binomio inconsciente: deseo y angustia.

Se han elaborado una multiplicidad de discursos alrededor de la inminente destrucción del mundo, alcanzando la relevancia suficiente para ser objeto de las nuevas producciones holywoodenses. El fenómeno, desde el ángulo psicoanalítico, resulta profundamente fecundo, y, a pesar de mi incapacidad para agotar el tema, intentaré un incipiente abordaje.

En el libro Azteca, de Gary Jennings, (ese incómodo americano que nos demostró nuestras raquíticas bases con respecto al conocimiento de la cultura mexica) el protagonista, al ser abordado por un inquisidor, responde de modo magistral ante la sádica idea del apocalipsis.

"Cada vez que un hombre muere, un mundo muere"


Qué distante respuesta si se le compara con las obsesivas búsquedas observadas por Google en relación a las profecías de Nostradamus.

En qué se ha convertido, en efecto, el apocalipsis en nuestra sociedad posmoderna, sino en un objeto de consumo? Se ha mercantilizado la idea del aniquilamiento a través de ese aparato ideológico norteamericano llamado Hollywood. (Zizek, Bienvenidos al desierto de lo Real). Ahora se coloca a las profecías mayas en un lugar de Sujeto Supuesto Saber, si se me permite esta expresión.

Qué consume, en efecto, el televidente, cuando se enfrenta a la posibilidad de la aniquilación, sino la anticipación ante lo Real? No es mas que la imaginarización de lo Real.

Según Lacan, la angustia obedece no a la castración sino a la ausencia de ésta. La angustia primordial radica en ser gozado por Otro.


Los discursos apocalípticos no responderán, en este sentido, a la angustia sucitada en los sujetos alienados al Otro, ese gran sistema que los devora progresivamente?


Las profecías se han convertido en la promesa del padre ausente (Cristo, Quetzalcóatl, Kukulkán) que, retornando, destronará las esferas de poder que actualmente mantienen al hombre en el desconocimiento, (según los mayas).

En la angustia que posibilita la construcción de discursos apocalípticos se articula una demanda de castración por parte de los sujetos. Se salvará a través de Su Palabra....


En efecto, es la Palabra, el símbolo, lo que salva al Sujeto del goce del Otro.


Es a través de la fantasía que el sujeto logra soportar la angustia ante la no realización de su deseo. El 2012 se ha convertido en un soporte fantasmático en el cuál el sujeto descarga su verdadera angustia: su relación pasiva y alienada con el goce, determinado siempre por Otro. El sujeto fantasea con ese Real que le libere de la alienación al Otro. Una piedra kilométrica incandescente o una serpiente emplumada satisfarían la demanda del Sujeto, previamente imaginarizada.


Lo verdaderamente ominoso, la irrupción de lo Real sería que, un minuto después de la profecía, el ciclo continuara sin mediación surpahumana alguna...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Suicidio

Si tan sólo
como mis palabras
pudiera saltar de esta ventana

Migraciones


Estas fechas tuve la oportunidad de visitar la localidad de Chichicaxtle, donde alguien que aprecio entrañablemente es colaboradora en un proyecto de conteo de aves migratorias. Chichicaxtle es el sitio con mayor avistamento de aves a nivel continental. En este punto convergen la mayor parte de las aves de América en su viaje el sur, más allá de las fronteras trazadas por el hombre.

El grupo de trabajo que se ocupa del proyecto resulta sumamente heterogéneo... norteamericanos, holandeses, costaricenses, nicaraguenses, y, obviamente.. mexicanos. Un grupo aproximado de 15 sujetos.

Es increíble el contraste que las aproximaciones de lo Real provocan en el Imaginario (siempre fallido) En vez de un grupo de científicos envueltos en ascépticas batas blancas utilizando instrumentos sofisticados, encontré a tres agradables sujetos en bermudas, con tres binoculares y un telescopio, en la azotea de un hotel. Obviamente eso no cuestiona su capacidad, y debo decir al respecto que me sorprendió la destreza con la que distinguían una especie de otra sirviéndose de un fugaz vistazo. Realmente eran diestros en su área. Lo que produjo el efecto cómico fue el choque entre el imaginario que había construido en torno al significante "observatorio". Lo ridículo de la escena era, en efecto, la construcción a priori farbicada sobre la misma, inevitable.


Lo mejor de estos dos días fué, definitivamente, participar de la dinámica entre los sujetos...

Cada uno de ellos era miembro de un clan... su dinámica era alegre y fluida... La cena constituyó una verdadera fiesta. (...Cumple el ave la función del tótem?....)

Es increíble la sed comunicativa que consume al hombre más allá del lenguaje...

En la cena, en medio de la algarabía, el americano preguntó cómo llegar a Zongolica (estaba buscando una especie de ave), un mexicano escuchó la pregunta y guardo silencio. Después de unos minutos contestó: "En autobús". El americano pareció esperar una respuesta más específica, hasta que comprendió que no la obtendría. Miró a su pareja con un gesto de genuina interrogación. Yo intervine preguntando si le había quedado clara la respuesta (a sabiendas de que no había sido así). Al contestar con una negativa, el mexicano acertó a especificar: A 300 metros sobre el nivel del mar. (Previamente le cuestionó sobre el ave que buscaba). La mujer holandesa, sin comprender la conversación, preguntó: Qué es Zongolica?? Motivo que produjo un estallido de risas entre todos los comensales. Molesta por no comprender el giro de la conversación, se retiró a su habitación. Este es sólo un fragmento de situaciones pareidas a lo largo de mi grata estancia en este sitio, y que me permitió refractar la postura lacaniana con respecto al lenguaje. El hombre, a diferencia del animal, miente.. Sin embargo, esta mentira no necesariamente corresponde a una intencionalidad negaiva con repecto al discurso, sino al simple hecho de que el lenguaje no es capaz de decir al hombre... lo maldice. Sin embargo, a pesar de esto, nos aferramos a lalengua como un recurso simbólico para acercarnos al otro... siempre fallidamente...

Lo poético se produce al contemplar cómo un grupo de personas sujetos a distintos lenguajes, culturas, Otros, fueron capaces de configurarse como una familia, como un clan en el cual todos se hermanan en relación al tótem, en este caso el ave. Incluso es significativo el modo en que se dirigen. (en cuanto terminala época de migración, ellos mismos migran, ya sea para continuar la obervación en otro sitio o para realizar otras actividades, pero siempre en función del tótem!)

Como si el lenguaje primordial de los seres humanos fuera, precisamente como afirmaba Freud, de carácter totémico, articulándose en torno a este significante fálico frontera del lenguaje), a pesar de las diferencias culturales y lingüisticas (aún entre hispanoparlentes) propias de cada sujeto.

Al igual que las aves, han logrado una migración (simbólica?) mas allá de las fronteras territoriales, culturales, religiosas, étnicas, lingüisticas...

Es esta la migración poética que me cautivó desde hace dos días, y razón última de estas palabras.

Tal vez este sea el sentido de ese poema que reza: Viajar es regresar.

Zizek, en su texto, Bienvenidos al desierto de lo Real se cuestiona si la democracia liberal parlamentaria es la única opción ante el fundamentalismo....

Ayer comprendí que muchas de las barreras entre los hombres corresponden a un orden imaginario, que es posible atravesar sirviéndose de lo simbólico.

De ahí que Lacan, en su primer seminario, mencionara la relevancia del símbolo, sin el cuál, la imagen del otro sería el destinatario del odio.

Migremos más allá de la imagen, confiando en que, si bien la negatividad de lo Real (al existir en una sentido no enunciativo) amenaza con ahogarnos, será nuestro universo simbólico el que nos mantenga a flote más allá de nuestro narcisismo...

...Migremos...