martes, 25 de octubre de 2011

Cotidiana 3: Sekta


El mismo sábado asistí al concierto con mi amigo. No tenía pensado hacerlo, pero su acompañante no pudo asistir. Hablamos un poco.. intentando mirar un poco más allá del espejo construido en la época de nuestra primera amistad. Nos supimos distintos. Hablamos de la violencia que desgarra el estado... de lo no dicho.... bordeamos lo Real, no sin cierto goce. Ya Zizek mencionaba la fascinación por lo Real que caracterizó al siglo XX. En el concierto encontré a dos hermanas, que no daban crédito de que me encontrara en ese antro (irónico efecto del imaginario, aunque francamente yo tampoco lo sabía)



Una vez dentro comenzó la magia... Francamente no tenía una idea de que hacer en esa situación... Compramos una cerveza mientras empezaban a ambientar las primeras bandas...



Los sujetos se aglomeraban en pequeños grupos, o parejas. Su baile se asemejaba al vaivén discordante de la hierba anticipado a la tormenta... Y, proféticamente.... la tormenta llegó....



El grupo principal revolucionó el sitio. Francamente no sonaban mal. Algunas mentadas de madre hacia el público y de regreso, confirmaron irrefutablemente la lógica dialéctica de Hegel.



Ante mis ojos, la horda comenzó a congregarse alrededor el líder. A sabiendas de arriesgar una lectura miope en relación al fenómeno, me atrevo a decir que estos sujetos se reconocían a través del contacto. La horda se fundió en un baile orgíastico, un estallido tumultoso de tatuajes,codos, cabelleras y sudores que se atraían y repelían unos a otros a lo largo de cada pieza.



El contacto era un medio para reconocerse unos a otros... Cuando alguien caía, lo levantaban inmediatamente, arrojándolo violentamente al ruedo.



Esta es la pasión por lo Real planteada por Zizek en su texto, Bienvenidos al desierto de lo Real.



Cansados de la virtualización de la existencia, el Sujeto se precipita en un apasionado retorno a lo Real para confirmar a partir de su propio cuerpo el peso de lo Real en su existencia. Este es el caso de los cutting, abordado por Zizek, quien los distingue de aquéllos que prefieren el tatuaje, ya que el tatuaje remite al orden simbólico.



Inmerso en la dinámica, comprendí que existía un reconocimiento entre nosotros que no era mediado por la palabra, ni siquiera por la letra de la canción, que nadie estaba escuchando. La pulsión se manifestaba a partir de lo Real del cuerpo... Mi amigo se aferró a un Imaginario (los grabó toda la noche) mientras yo me sumergí en ese goce hasta entonces desconocido.



Mi amigo tiene el registro grabado del grupo. Yo tengo un codazo en la cara.



Y no cambiaría eso por nada.



El desierto de lo Real es un desierto de Símbolos, que, al pretender enunciarlo, lo enmascaran.



Lo Real nos convoca más allá del lenguaje...



La pulsión de muerte es sólo el retorno a ese llamado primordial que nos convoca independientemente de nuestro estatus social, ideología, religión....



En la pasión por lo Real acuchillamos el Símbolo, superando, efímeramente, la inexorable maldición del lenguaje.





Zizek, S. Bienvenidos al desierto de lo Real. Ed. Akal, 2005, p.112

Cotidiana 2: CAXA



















El sábado pasado un amigo llegó del puerto para ver a uno de sus grupos favoritos. Obviamente me ofrecí a recibirlo en la Central de Autobuses. Llegué temprano, ya que estaba por el rumbo cuando confirmó su estancia, y comencé a fumar un cigarro fuera de la terminal para pasar el tiempo...

Al caminar unos cuantos metros, contemplé a una mujer devastada por el llanto, colgada de un teléfono público, como un gran higo aterrado luchando contra la gravedad. Obviamente, me acerqué, esperando servirle al menos de soporte, ya que desconocía por completo su situación y al parecer estaba sola. Le ofrecí un cigarro.

"No fumo" - me respondió, con una voz trémula, construida con los vestigios de la lluvia extraviados en una telaraña.

Le puedo ayudar a algo? Es usted de aquí? Conoce a alguien? Que pasa?

- Lancé mis preguntas con la pertinencia del granizo en un pastizal maltrecho.

Por fin logró articular un incipiente discurso...

"Mi hija"

Le pasa algo?

....

"Me la robaron"

Necesita algo? Un café? Un pañuelo para las lágrimas? - como si los pañuelos pudieran hacer algo contra las lágrimas-.

"Quiero a mi hija!!!"

De esta manera comenzó a articular su historia. Venía del puerto. Había ido con una amiga a comprar ropa a Liverpool. Le pidió que cuidara a su hija, junto con su bolso, mientras ella se probaba un vestido, o pagaba algo... Acto seguido, la mujer y la niña habían desaparecido. Sus teléfonos, credenciales, y todo aquello que pudiera servirle a la mujer yacía en poder de la otra. No podía comunicarse con ella, porque no le contestaba el celular. ... La conocía desde hace 6 años, aunque no recordaba su primer apellido (?)

En el momento que yo la encontré había logrado comunicarse con ella. La justificación de la mujer es que había tenido que recoger a alguien en la Central de Autobuses.

Llevaba tres horas esperándola....

Freud definió lo ominoso como algo familiar que se vuelve extraño... De esta manera, lo Heimlich (familiar) se vuelve Unheimlich (ominoso) cuando esa familiaridad se transforma en algo totalmente ajeno, extraño, ominoso...

El efecto ominoso de lo Real en la mujer fue la angustia... Su amiga de hace seis años de pronto se transformó en un agente siniestro de lo Real (la castración, la pérdida).

Nadie sabe nada acerca del otro. Cuando le pregunté Qué necesita? su respuesta fue análogo a un bastonazo zen. "Quiero a mi hija!! No pañuelos!! No café!! No consejos!! No tus malditas buenas intenciones!!!

Me limité a esperar a la orilla de su angustia hasta que fuera capaz de articular un discurso...

Es imposible hacer otra cosa. Si el psicólogo habla, si el psicólogo supone saber, sólo es el resultado de su angustia ante el pleno desconocimiento del otro.

Si el psicoanalista no se preocupa por ayudar, esto responde directamente a su ética, la cual le recuerda que el único capaz de reconocer su deseo es el sujeto. Ya mencionaba Cioran el efecto devastador de los bienintencionados en el mundo.

Nada, ni una dinámica, ni un círculo mágico, ni una silla vacía, pudo haber servido a esta mujer.

Creo que sería pertinente instaurar no lecciones de no budismo zazen en la facultad.... Inmersos en el laberinto simbólico, olvidamos quizás lo más importante... somos el efecto inexorable del confrontamiento con lo Real, y lo Real permanece ahí, dispuesto a emerger en la más inesperada ocasión, fracturando nuestro más sofisticado discurso universitario...

Olvidamos que, aunque nosotros no estemos en lo Real, en la medida en que nos extraviamos en un laberinto Simbólico, lo Real permanece, y retornará interminablemente, más allá del ficticio de placer.

lunes, 24 de octubre de 2011

Cotidiana 1: USBI





El sábado pasado tuve la oportunidad de conocer un ritual contemporáneo de iniciación practicado por los Scouts.




El ritual se llevaba a cabo en un puente de madera, debajo del cual afloraba un lago. Un hombre, sin duda el jefe, se encargaba de ordenar los movimientos del aspirante desde el área segura del puente. El aspirante, con los ojos vendados (castración?) debía seguir al pie de la letra las indicaciones el jefe, ya que dependía absolutamente de ello.

La idea manifiesta (lo habrán adivinado ya) era lograr que la aspirante atravesara el puente sin caer al lago. A un lado de la candidata se hallaba otro scout cerciorándose (espero) de la seguridad de la aspirante, pero sin manifestarse. En el puente contiguo, un par más de scouts filmaban la escena, me atrevo a suponer que fascinados por el goce proporcionado en la escena.


"El sádico lleva al otro a un punto límite que no tiene que ver con el dolor sino con la angustia" según un texto de Carmen Rebellón, que me facilitó un hermano jugarretero.

Qué es, en efecto, lo que devela al Sujeto más allá del Yo sino la angustia ante el goce del Otro? La perversión, al imponerle al otro su fantasma como condición de goce, lo escinde a través de la angustia... lo lleva al límite que bordea a lo Real... de ahí que Lacan considere que la angustia es el único afecto que no miente, ya que es la respuesta ante la emergencia de lo Real, es decir la barradura de la A, ya sea que se reniegue de ella, se le forcluya o se le reprima. La angustia es el resorte propulsor del mecanismo, y, consecuentemente, del deseo, que no es otra cosa que la respuesta ante la Ley y condición de la misma.


El scout que cuidaba que la aspirante no cayera, le invitó a continuar en la misma dirección, aún sabiendo que delante de ella se hallaba el vacío, (un peldaño inferior desconocido para la mujer)...


Cuando la mujer dirigió el pié hacia ese vacío gritó, o mejor dicho, fue su angustia la que gritó a través de ella. El jefe de la horda no pudo hacer menos que echarse a reír sardónicamente, mientras la aspirante reclamaba iróncamente ser presa del juego.


La angustia emerge ante la falta en el Otro. Ese es el vacío que la mujer halló donde esperaba hallar una continuación del camino que sostuviera sus pasos.


Lo asombroso de esta escena es que la mujer, aún presa de su angustia, no osó quitarse la venda de los ojos... aferrándose en cumplir con el imperativo dictado más allá de sí misma.


Masoquista? En el mismo artículo antes mencionado la autora sostiene que el verdadero perverso es el masoquista, ya que es él quien logra fungir como instrumento de goce del Otro. El sádico, por su parte, al imponerle su fantasma, también le impone su voz... lo cuál imposibilita la ecuación.


De esta manera, cabría preguntarse: en la escena propuesta, como un juego de espejos, que ejemplifica a la perfección la definición lacaniana de sadismo y masoquismo... en quién recae la perversión en realidad? En el jefe sádico que escinde al otro a través de la angustia? o en ese otro masoquista que, al asumirse como objeto, se posiciona como auténtica condición de goce del Otro?


+ Esta reflexión no corresponde a un mérito intelectual propio, sino al producto de la discusión con dos de mis hermanos, así como a las conclusiones que ya había logrado la autora.

viernes, 21 de octubre de 2011

Awaking the centuries - Haggard

http://www.youtube.com/watch?v=taESnOmiD-Q

December elegy - Tristania

http://www.youtube.com/results?search_query=december+elegy+-+tristania+-+subtitulado&aq=f

Cease to exist - Tristania

http://www.youtube.com/watch?v=ZAkHMuvEbIQ

Soledad o De la ausencia del espejo






Escucho una canción de Tristania - Cease to exist.





Que exacto es el inconsciente.






Hace tanto que quería ladrar esta rabia, fracturar este espejo,




deshabitarme...







Ha rondado en mi cabeza una idea de modo obsesivo... la soledad.


Cómo aventurar una tesis acerca de la ominosa ausencia del otro, traducida en una síntesis de angustia, de vértigo existencial...?


La música relampaguea en mi cabeza... Cease to exist...



Morir para vivir La gran ilusión...Dejar de existir es romper con tu mente...



Cesar... morir... romper...



la letra adquiere un carácter mántrico a medida que palpita en mis sienes...



El significante se divorcia del significado... Cesa..




He llegado a comprender la soledad como la ausencia del espejo en cuanto el otro desaparece... cesamos... nos enfrentamos a la perpetua interrogante...





quién soy? sin otro que confirme mi existencia



quién soy para mí, en la medida en que me valgo de ese vago espejismo que los psicólogos amantes del yo conocen como identidad




...la soledad... esa ausencia ominosa tan parecida a la muerte...



a mi lado un niño inviste un avatar que perpetúa su inalcanzable Ich ideal..




por siempre perdido





...Sólo de violín... December elegy...



la muerte sigue pulsando a través del lenguaje...



vociferando una verdad ausente en nuestro vocabulario...



reclamando el botín....



La soledad, su heraldo, su consorte, ha opacado mi mirada esta tarde, mientras fumaba fantasmas acuchillado por el recalcitrante filo del invierno


...No hay otro... hay una representación del otro...



es la virtualidad suscitada por el deseo la que posibilita la ilusión del otro...



Este blog renació a partir de un breve encuentro con la muerte...


me desmayé por segunda ocasión en este año...




Escribir es una forma de existir... de evadir la soledad que (maldita) aguarda al filo de la noche, agazapada entre el insomnio... en la última bocanada de cigarro... en el asiento contiguo del autobús....mas allá de tu última mirada.


La soledad es la condición implícita del sujeto, la categoría exclusiva de su deseo, la sombra que devora nuestras huellas...



La angustia ante la ausencia del otro es sólo el preludio de una certeza aún más ominosa......


el otro sólo existe como un espejo que perpetúa nuestro propio deseo...





Nada más exacto que la soledad para remitirnos a nuestra condición de sujetos deseantes



siempre insatisfechos



interminables


inexactos





My Lost Lenore - Tristania




El odio, anticipado al amor, carece de un espejismo ante el cual dentellar su naturaleza


en ese punto ciego, en ese límite en el cual la palabra carece de destinatario,


convirtiéndose en eco absurdo de esta ficción gozosa que consideramos existencia


el verdugo libera la guillotina del tiempo... nos engulle


que doloroso sabernos mortales... solos..


construidos por evanescentes ausencias ante las cuales sólo sabemos maldecir nuestro deseo



ni siquiera esta palabrería .... (palabra vacía?) posee un destinatario





Así alimenta la luz


bienvenido a la tierra de obscuridad


muerte en todos los centenarios


es que yo he quedo atrás?


toma mi manoolvida la tierra prometida


muerte en todos los centenarios


es que yo he quedado atrás?



Awaking the centuries - Haggard



Qué exacto es el inconsciente....

Aprendizaje y disciplina

Ayer tuve el gusto de coincidir con una compañera que me inspira genuino aprecio. Lo único que tenemos en común es nuestro interés en terminar la carrera (estuve a punto de decir "ser psicólogos" pero creo que no es el caso.) Compartimos juntos una experiencia educativa precisamente relacionada con la educación, cuyo objetivo es estudiarla función del psicólogo en ese rubro.

Me reprochó irónicamente el no haber guardado silencio durante la exposición que realizaba (y hasta cierto punto tenía razón, ya que, dentro del equipo de trabajo en el que me encontraba no dejamos de reír mas que para tomar aire, obviamente como consecuencia de una corrosiva y cínica reflexión en relación al tema expuesto).

Lo que me invitó a escribir hoy fue precisamente su reproche, ya que, sin que se percatara, viene muy a cuento tanto con el tema como con el discurso ideológico implícito en la educación.

Su reproche fue: "Te portaste mal" :)

Me parece que respondí: Pero creo que notaste una reflexión profunda en relación al tema por parte de mi equipo.

En ese momento se interrumpió la conversación.

El argumento de mi amiga, obviamente, es sólo una consecuencia del discurso ideológico que sostiene la educación en México: educar = disciplinar

Eso no suena tan discordante, he incluso podríamos aventurar una teorización egocéntrica y ociosa acerca de las convergencias y divergencias implícitas entre estos dos términos, pero haciendo esto olvidaríamos algo aún más importante: la disciplina no implica aprendizaje, al menos en un sentido metacognitivo, que (se supone) es lo que se espera de un universitario.

La disciplina (ya había escrito algo semejante) está intimamente relacionada con la alienación a una ideología, y en este sentido, con la negación del sujeto y su deseo. Por qué me disciplino? Para no ser devorado por el otro?

El aprendizaje parte de este otro momento edípico (continuando la metáfora) que tiene que ver con el distanciamiento de esta primera alienación. El Sujeto, si bien se funda en la palabra, y es dicho por Otro, se posiciona de manera particular con respecto a esta palabra como función, a esta metáfora paterna. En la medida en que desde el Sujeto (je) deviene un yo (moi), este se construye en base a identificaciones que giran en torno al deseo del Sujeto.

La disciplina tiene que ver con el deseo del Otro.
El aprendizaje está relacionado con el deseo del Sujeto.

Mientras la institución sostenga una ideología disciplinaria cuya única meta es la dominación intelectual del hombre, no podrá cumplir su función reflexiva para el mismo.

Fomentar el aprendizaje implica cuestionarse por el deseo del otro. Intentar reconocerlo, aunque sea difusamente. El hombre sólo aprende en relación a su deseo, de otra manera, sólo será el depositario de información no significativa, lo cual lo reducirá a una sofisticada grabadora portátil.

El aprendizaje parte de la sublimación de nuestras pulsiones sádicas. Aprendemos porque cuestionamos al Otro, desde donde nuestra estructura nos permite, aunque obviamente siempre queda un remanente, un punto ciego incognoscible si no es a través del dispositivo analítico.

Aprendemos analizando, es decir, separando, fragmentando el objeto de conocimiento hasta sus mínimas posibilidades de existencia, desentrañamos un misterio (siempre el nuestro).

Así que no, no dejaré de reír en clase, ni de preguntar, ni de divertirme con este juego de espejos que sólo confirma la absoluta perpetuidad de mi ignorancia con respecto ese Otro que se empeña en dominarme, utilizándo a cada sujeto como un nuevo agente de dominación.

Las batallas más profundas del hombre siempre se libran en el campo del lenguaje, y a veces, hay que hacerlo estallar a carcajadas.

jueves, 20 de octubre de 2011

Reencuentro

La semana pasada reencontré a un amigo. En una época anterior de mi vida fuimos vecinos. Siempre lo he considerado un sujeto genuinamente simpático. Le invité un café (yo estaba sólo), y comenzamos a ponernos al corriente con respecto a nuestras respectivas vidas. Me preguntó que qué hacía sólo en un café a las 11 pm, en un fin de semana. Con aire triunfal y ligeramente presuntuoso respondí: "Leyendo a Lacan", estúpidamente orgulloso de invertir una velada de fin de semana en un autor, que si bien me resulta sumamente seductor por su estilo de pensamiento, hasta cierto punto (y en esto los analistas no me dejarán mentir) indescifrable, en vez de contemplar una mirada, compartir un sitio, un espacio de convergencia con otro sujeto, yo, que precisamente me he visto obligado a escribir asfixiado en el naufragio de la ausencia...

Francamente una parte de mí deseaba continuar la lectura, sin embargo decidí abrir un espacio al otro.

A medida que la conversación se desarrollaba, caí en cuenta de mi completa ignorancia con respecto a este otro, del cual sólo tenía, en buena medida, una referencia imaginaria.

Por azares del inconsciente (que no hay otro tipo de azar en el sujeto) llegamos al espinoso tema de la religión. Me preguntaba cuál era la postura de los analistas con respecto a la religión , a lo cul refuté irónicamente que yo no era analista, aunque era mi más encumbrada meta, y que no podía conocer la postura de todos los analistas, ya que eso implicaría suponer un cierto saber acerca del otro, cosa que es totalmente contraria a la disciplina psicoanalítica. Sin embargo, - dije - personalmente he llegado a la conclusión de que Dios es el resultado de un constructo imaginario elaborado inconscientemente por cada sujeto para lidiar con la angustia implícita ante la incertidumbre del devenir de su propia existencia.

Recuerdo que hace tiempo, (antes de convertirme en un lector del psicoanálisis) al ser abordado por un par de cristianos, les pregunté estos qué características tenía Dios. Uno hizo énfasis en la fuerza (irónicamente era varón), la mujer hizo hincapié en la misericordia. De esto hace ya cinco años, aproximadamente, razón que excusa la vaguedad de mi referencia.

Volviéndo a la conversación entre mi amigo en el café y yo, al escuchar mi argumento, inferí cierto malestar en él, y al parecer no me equivoqué.

Muy amistosamente desarrolló los argumentos en los cuales él sustenta su creencia. Me dijo que Dios era omnisapiente, omnipresente, omnipotente... y que permitía el libre albedrío del hombre. Me remitió al Génesis, explicándome que Dios, al saber que su creación había caído en la tentación (y aquí resulta interesante recordar que la manzana simboliza el conocimiento) se halló en la paradoja de condenar a la serpiente o a Adán (por supuesto, junto con Eva). Me recordó también que Dios hizo a los hombres a su imagen y semejanza.

Dios, por supuesto, se decidió por la serpiente. Silencio

Por qué - pregunté - no condenó a Adán junto con Eva?

Francamente no recuerdo la respuesta.

Dije entonces, (y esta es la tesis central del escrito) creo que Dios no podía condenar a la pareja porque al hacerlo se condenaría a sí mismo. Dios hizo al hombre a imagen y semejanza suya. Por qué? Necesitaba un espejo para conocerse a sí mismo. (punto de partida del psiquimo humano), Dios, le dije, no es por lo tanto omnisapiente, ya que desconoce el corzón del hombre. Si fuera de otra manera no existiría el libre albedrío. Barrada la A, mi amigo alegó cansancio, y me retiré.

En cuanto apostamos por una relación más allá del imaginario, en cuanto sacrificamos la idealización en una búsqueda obsesiva por el conocimiento genuino (si se me permite el término) del otro, nos hallamos en un callejón sin salida, que no es otro que el del deseo.

Nos vemos. No nos sabemos. Nos vemos sin sabernos.

En nombre de la religión se han cometido las campañas más sangrientas de la humanidad... Cuando la religión aliena a los hombres a una ideología, cuando los devora... qué queda del hombre? Cuando sacrifica su propio discurso (que siempre, paradójicamente, es de Otro).

Recuerdo que me preguntó: "Es acaso que no quieres salvarte?? S en este momento tuvieras la oportunidad, sabiendo como sabes que el mundo se está yendo al carajo (el carajo es mío), y supieras que Cristo es el único camino para salvarte... no lo harías??"

"Lo que hago, lo que anhelo lleegar a hacer (a ser), a través del análisis, es saber porqué me estoy posicionando de cierta manera ante mi existencia. Si el trayecto del nacimiento a la muerte es efímero, lo único que ambiciono es lograr reconocer mi deseo. Prefiero por mucho una vida efímera y mortal, a través de la cual logre cierto saber acerca de mi condición de sujeto, que lograr una eternidad en la más completa ignorancia."

Con profundo respeto y aprecio para Abel

Me aterra la idea de volverme un Caín.
A Mayret

Los hombres como yo sólo esperan la muerte
no sirven para bailar
ni para hacer sonreir a una chica
ni para lanzar el corazón al futuro
como un anzuelo

No sabemos mirar sino tristeza
porque fuimos amamantados con lágrimas
nos sabemos distintos
miserables
y por eso esculcamos las palabras del otro
hacemos de su discurso una daga
para atravesarlo
para beber la sangre que nos falta
para morir la muerte que añoramos
para pulsar la misma decadencia

Los hombres como yo no sabemos vivir
sin desangrarnos
ebrios de silencio
ciegos
golpeamos los muros del tiempo
sin lograr derrumbarlos
vociferamos
a una deidad ausente

Por eso celebro tu sonrisa
con genuina vocación de polilla
deslumbrado
ante ese signo ausente
en mi vocabulario

Apatía

Mi ánimo se reduce
a patear mi sombra
y ser el peor poeta
que conozco

2011
Las palabras llueven de mis manos
de mis ojos heridos por la noche
de esta corporeidad
evanescente

Tu mirada diluye mi existencia
condensa mi silencio
me evpora


Es tiempo de mirarte
hoy que noo existes
fragmentar la nocturna transparencia
del silencio perpetuo
lapidario
con el filo secreto de tu nombre
que desangra la noche
temerario

Andrés David

2011

Venta de garage

Obscura paz saberme
inútil, obsoleto
como un viejo inventario

Un amor prematuro
abortado en secreto
corazón incendiario

Cúmulo corrosivo
de soledad que obtura
el drenaje del tiempo

Un linaje quebrado
mitificada ausencia
roto pacto de sangre

Incandescente insomnio
inútil sin poesía
horizonte del tedio

Silencio ensangrentado
cegado por la muerte
encriptada tristeza

Metáforas errantes
que no incendiaron nunca
otra obscura mirada

Laberintos voraces
caminos sin objeto
tejidos por la nada

Habré de deshacerme
de todas estas cosas
con suerte
de mi nombre

Andrés David

2011

Urbano

Me pesa terriblemente
permanecer en silencio
tengo miedo de mi sombra
negra memoria vacía
espectro que me devora
cada noche
puntualmente
entre tácitas angustias y tristes alegorías

Mi errática libertad
sin camino suficiente
repta a diario en la ciudad
como un mito incandescente
que se extingue y deteriora
entre la urbana jauría
de anonimos cotidianos
y bocinas estridentes

No encuentro en mi soledad
una señal que me oriente
ni en las líneas de mis manos
ni alguna luna tardía
para abolir sin demora
mi camino decadente
esta inconclusa verdad
la certeza del presente

Andrés David
2007

Odiarse

Odiarse es fracturar el falso grillo
contemplar el espejo sin hallarse
morderse la garganta hasta asfixiarse
jalar gustosamente del gatillo

Como niebla sutil y transparente
que emana de las sórdidas entrañas
un grito ensordecido ciegamente
aborto atemporal de la mirada

Odiarse es existir sinceramente
derrocar falsos idolos tardíos
arrebatarle al tiempo nuestra muerte
y habitarnos
absurdos
y vacíos