Las palabras llueven de mis manos
de mis ojos heridos por la noche
de esta corporeidad
evanescente
Tu mirada diluye mi existencia
condensa mi silencio
me evpora
Es tiempo de mirarte
hoy que noo existes
fragmentar la nocturna transparencia
del silencio perpetuo
lapidario
con el filo secreto de tu nombre
que desangra la noche
temerario
Andrés David
2011
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