martes, 20 de diciembre de 2011

Volver

Volver a estas paredes en que mi niñez fermentó, a este vórtice en que conocí el rostro descarnado de la muerte, deambular nuevamente en la vieja azotea en que mi voz náufraga se apoderó del insomnio para mantenerse a flote...

Es tarde para volver... para mirarnos con la candidez de la esperanza. Es tarde para jugar a ser seres distintos a estos articulados por la ausencia.

Fumamos, nos miramos, esperamos.

Atravesamos enajenados nuestro encuentro como si se tratase de un mal sueño.

Arrastramos nuestros cuerpos como ecos desordenados de la misma rabia originaria.

Sorda fuente de sangre.

Es inútil golpear nuestra tristeza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario